RIO DE JANEIRO (AP) -- Hace un año, en una grada de Wimbledon, Mónica Puig tuvo una charla sincera con su nuevo entrenador. Cuando éste le preguntó qué pretendía de su carrera, ella no se anduvo con rodeos: "Quiero ser la mejor jugadora que pueda, llegar a top 10 y ganar una medalla olímpica, porque sería muy importante para mí y para mi país".
Aquella conversación vino a la memoria del argentino Juan Ignacio Todero cuando su pupila subió al podio y le colgaron al cuello la medalla de oro, la primera en la historia de Puerto Rico, tras ganar la final del tenis femenino en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
"Cuando uno está tan determinado a buscar algo, es increíble el poder que tiene", comentó Todero sobre el triunfo de Puig, quien llegó a Río silbando bajo y se marcha habiéndose ganado el respeto de las mejores tenistas del planeta.
Todero, contratado en 2012 por la Federación de Tenis de Estados Unidos, entrenaba a Madison Keys hasta que a mediados del año pasado aceptó dirigir a Puig -que buscaba darle una vuelta a una carrera estancada.
"Traté de darle confianza. Que se sienta bien. De hacerle entender el juego", explicó Todero en entrevista con The Associated Press. "Hacerle entender qué es lo que tiene que hacer dentro de la cancha, cómo manejar los momentos, cómo manejar los sentimientos".
El plan de "Nacho" Todero, en sociedad con el preparador físico argentino Claudio Galasso -quien estuvo siete años junto al ex tenista David Nalbandian- y el quiropráctico Thomas Doche, fue poner primero en forma a Puig, quien bajó varios kilos sometida a una dieta equilibrada y un riguroso entrenamiento. A la par, el equipo trabajó en fortalecer la mente de la boricua de 22 años.
En la cancha, los resultados comenzaron a plasmarse en el arranque de este año en el torneo de Syney, en el cual perdió la final ante la rusa Svetlana Kuznetsova. Y metió tres semifinales: Nottingham, Eastbourne y Florianópolis.
Su talón de Aquiles han sido los grandes torneos, en los que lo más lejos que ha llegado es una cuarta ronda de Wimbledon en 2013. Por ello Puig no figuraba como pretendiente al oro en una contienda que tenía como máximas favoritas a Serena Williams, la alemana Angelique Kerber y la española Garbiñe Muguruza.
Puig, sin embargo, se tenía una fe ciega. Derrotó en octavos de final a Muguruza, cuarta del orbe, y en la final a Kerber, segunda del ranking mundial.
"Aspiro a meterme en los partidos por medalla", había dicho a la AP en el último entrenamiento antes de su debut olímpico. Luego se deshizo de una oponente tras otra, casi todas de mejor ranking, entre ellas la checa Petra Kvitova (14) en semifinales.
Y por primera vez el himno de Puerto Rico sonó en unos Juegos Olímpicos.
"Para mí lo principal era que fuera feliz. Y si la jugadora es feliz, el resto se hace mucho más fácil", reveló Todero. La tenista, por su parte, elogió el trabajo del argentino ante la prensa después de cada victoria en el tenis olímpico.
Pasadas las burbujas del festejo, Puig y su equipo deberán enfocarse en lo que se viene: demostrar que Río no fue una fugaz racha.
"Es una chica que ha venido progresado paulatinamente. Vamos en el camino correcto. No me gustaría cambiar nada", adelantó Todero. "Cuando uno se enfoca en el proceso y juega con las intenciones correctas todo el resto viene solo, el resultado y la plata (dinero)". News from The Associated Press