Río de Janeiro, 20 de agosto, 2016 (Reuters). La sudafricana Caster Semenya ganó el sábado el oro en los 800 metros en los Juegos Olímpicos de Río al cruzar la meta con marca de 1:55.28 minutos, la mejor de su carrera.
Francine Niyonsaba de Burundi se quedó con la plata, la segunda presea olímpica de su país, mientras que la keniana Margaret Wambui fue tercera y se adjudicó el bronce.
Semenya ha dominado los 800 metros esta temporada y se había especulado con que podría batir la marca impuesta por la checa Jarmila Kratochvilova en 1983 de 1:53,28, el récord mundial vigente más antiguo en atletismo establecido en una era en que el dopaje era común en el este de Europa.
La sudafricana de 25 años marcó tres de los mejores cuatro tiempos de la temporada en la especialidad.
Semenya estuvo en el pelotón durante la primer vuelta al óvalo y dejó que Niyonsaba liderara hasta la marca de los 600 metros, momento en el que aceleró en una carrera que la llevó al oro.
"La carrera fue muy rápida (...) En los primeros 400 metros hubo mucho esfuerzo. Se trataba de ser paciente, yo tengo un cierre rápido en los 200 metros finales, y tenía que aprovecharlo".
La atleta dijo que consideró correr los 400 metros en Río, pero que finalmente decidió enfocarse en su prueba principal.
"Nos dimos cuenta que no me iba a favorecer así que optamos por ser inteligentes y enfocarnos solamente en los 800", explicó la sudafricana, plata en Londres 2012. "Creo que fue una decisión sabia".
En Río la sudafricana tuvo menos competencia ya que las rusas Mariya Savinova y Ekaterina Poistogova, primera y tercera en Londres, no pudieron competir debido a la suspensión por dopaje que fue impuesta a su país y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) recomendó que ambas reciban sanciones de por vida.
Más allá de la talla de sus rivales, la victoria de Semenya seguramente generará nuevas polémicas sobre su figura.
Muchos consideran que corre con una ventaja injusta pese a que no hay mucho que la atleta pueda hacer al respecto. Tras ganar el Mundial 2009 a los 19 años, estudios mostraron que Semenya es hiperandrogénica, por lo que su cuerpo produce cantidades anormalmente altas de testosterona, lo que la hace más fuerte que sus rivales.
Una decisión de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) que limitaba la cantidad de testosterona producida naturalmente por mujeres para ser aceptadas en competencia pareció ser la lápida para su carrera, pero el año pasado la Corte de Arbitraje del Deporte (TAS) dejó sin efecto la medida.
Semenya tuvo algunos problemas en su vuelta a la actividad -con algunos especialistas señalando que eso se debió a las medicinas que tomó para reducir sus niveles de testosterona- pero este año volvió a mostrar su mejor nivel.